La mejor montaña no es la más alta
sino la que estoy subiendo.
Aún hoy, cuando volteo la cabeza a mitad de la ladera
Y miro con asombro el horizonte
me multiplico en cada peña
y me reflejo,
con los ojos girados hacia dentro
en un calidoscopio trenzado de miradas.
Cuando llego a la cima y miro en torno
-trescientos sesenta grados de pureza-
contemplo las otras montañas tendidas
como un paciente que fija los ojos en la lámpara
mientras resbala por la consciencia,
veo nubes enganchadas en las crestas
como una sucesión de perfiles matizados de azules.
Entonces inspiro y me expando
al compás del latido de la vida,
espiro y vuelvo a ceñirme a mis límites
mientras me explico,
con una repentina intuición del alma,
exactamente qué hay en mí de eterno
y por qué me gusta tanto subirme a las montañas.
Juan José Cabedo Torres
“Cuanto sé de mí”
Ed. Bigornia
Gran clásica de los Picos de Europa, abierta el 18 de agosto de 1967 por los franceses Forn y Trouvé. Cerca de 1000 metros de escalada, salpicada de largos de cuerda, de largas trepadas, algunos rapeles y destrepes.
Escasamente equipada, nos pondrá prueba nuestras aptitudes y actitudes como alpinista. Es posible que al principio del verano aun sean necesarios piolet y crampones. Lo que le da un aspecto más alpino a la escalada.
Es una actividad completa y en un marco incomparable.
No pretendemos despedazar la vía foto a foto, ni contaros los detalles más técnicos de la ruta, ya que nos parece que es algo que cada uno tiene que descubrir por él mismo y así disfrutar de la incertidumbre y de la adventu ra de una gran clásica.
Necesitaremos dos cuerdas dobles de 60 metros, un juego de fisureros, algunas cintas cosidas para puentes de roca y bloques y un juego de friends (Aliens (amarillo, rojo) Camalot (0´5,0´75,1,2)
El descenso se realiza por la ruta normal de Peña Vieja.
El horario varía entre las dos horas y las 9, según el entrenamiento y la experiencia en vías de autoprotección. Si vuestra experiencia es en vías cortas y semiequipadas del estilo de la Cabrera, Villarejo, Peñas del Prado y el espolón es vuestra primera vía de cierta envergadura, es posible que el horario se alargue. El recorrido no está marcado por grandes diedros ni fisuras, ni chapas. Es un recorrido sinuoso, en el que los franceses demostraron un estilo impecable.