Pataletas I
«Nos gusta empezar la casa por el tejado, somos así, está en nuestra cultura, está en nuestras raíces.
A sabiendas de que unos buenos cimientos, nos darán una estabilidad a largo plazo, uffff, largo plazo; en los días que nos toca vivir este es uno de los problemas que hacen que todo acto no sea un acto maduro, interiorizado, consciente y bien ejecutado. La rapidez es el mal de estos tiempos en los que necesitamos “estar ahí” y que tanta inmediatez solo genera “estar” en un plano material, ya que tanta rapidez no deja poso en nuestro cuerpo ni en nuestra mente.
Queremos ir a grandes montañas sin apenas ser montañeros ni escalador, queremos aparecer en bonitas estampas montañeras en plena batalla alpina sin apenas experiencia como alpinistas, queremos movernos con esquís o en raquetas por la montaña invernal sin apenas saber utilizar un mapa, brújula o un simple ARVA.
Ya sé que la publicidad funciona, y además funciona muy bien, la sociedad de consumo es un reflejo de esta afirmación. Caemos en la vorágine de fotos, videos y multitud de material que encontramos en las dichosas redes sociales, o en webs especializadas. Consumimos sin control, cuanta más información mejor, almacenar y almacenar sin interiorizar la información que en ocasiones leemos.
Leer, la decadencia de un verbo que nos ha hecho humanos.
No toda la información a la que podemos acceder procede de una fuente digna y profesional ya sea en el plano moral o ético. Si además de no analizar la información de una manera adecuada, ahora sumamos a que cualquiera facilita una opinión personal a los demás (Que no información) afirmándolo con tal virulencia que no da pie a tener la mínima duda sobre su credibilidad. Hablan de anclajes de escalada, quien apenas escala ni ha colocado ni un solo anclaje, habla de la nieve y avalanchas quien apenas camino más allá de los praos del final del camino, habla de seguridad quien no ha caminado ni un metro fuera de un sendero. El problema es que no podemos en la mayoría de los casos saber quién genera dicha información o pensamos que ese personaje es tal cosa cuando no es más que un buen trabajo de marketing o de interpretación a través de sus redes sociales.
Leer información “buena” requiere por parte del lector todo un trabajo de investigación. Proceso nada aburrido y que os abrirá nuevos horizontes, que en ocasiones las orejeras de burro nos impiden.
Ni Jesus Calleja ni Kilian Jornet y la Dechatlon son los que causan ningún accidente en montaña y afirmar lo contrario sería un acto de cobardía por no querer luchar a pecho descubierto por solucionar un problema.
La EDUCACIÓN es y será la llave que abre la puerta de las soluciones a las preguntas de cómo conseguir menos accidentes e incidentes en montaña; generar un proceso de enseñanza/aprendizaje adecuado hace que toda persona con una mínimo disposición pueda adquirir una buena información que le ayude a poder realizar actividades en montaña sin sufrir ni ocasionar ningún percance.
La FORMACIÓN es la clave y este proceso en el cual alguien aprende algo y otra persona enseña ese algo, es más compleja, amplia y flexible de lo que nos pensamos.
Abramos nuestra mente y no elijamos en camino fácil y rápido, si sabemos que hay otro cuyo resultado es el eficaz, aunque no sea tan inmediato.
El saber no ocupa lugar.
Un alpinista, montañero, senderista, escalador o esquiador es aquella persona que disfruta de una o varias jornadas en la montaña y cuando las cosas se recrudecen o para evitar que se recrudezcan solo hay una manera de salir indemne: Saber cuánto más mejor. Y sobre todo que cuando llegue, solo tendremos un oportunidad.
Preparase es una obligación además de un placer.»
Álvaro Ramos